El delincuente encapuchado saludó a la trabajadora y preguntó por el propietario del local para no levantar sospechas. “¿El dueño está? ¿A qué hora lo puedo encontrar?”, quiso saber. Enseguida reveló sus verdaderas intenciones y se llevó la recaudación y el teléfono de la víctima. La encargada del comercio está indignada porque llamó a la Comisaría y nadie fue al negocio. Ocurrió en Urquiza y Amoedo.




