Un video falso que circuló en plena veda electoral agitó la interna entre Mauricio Macri y Javier Milei a horas de la elección legislativa porteña. La pieza, generada con inteligencia artificial, mostraba al expresidente anunciando la baja de la candidatura de Silvia Lospennato y llamando a votar por el libertario Manuel Adorni. La difusión fue impulsada por cuentas ligadas al oficialismo, entre ellas la de Daniel “Gordo Dan” Parisini.
Macri no tardó en reaccionar. Desde su cuenta en X denunció un intento de “fraude electoral” y apuntó directamente contra Santiago Caputo, estratega del Gobierno. Luego, en el desayuno del PRO en el Café Tortoni, fue más allá: “No me digan que son tuiteros sueltos cuando el hombre más poderoso del Gobierno difunde estos videos”, disparó. También habló de imágenes manipuladas, videos viejos y una “maniobra torpe y desesperada”.
Milei, por su parte, respondió al salir de votar: “Macri está hecho un llorón. Se victimiza porque el PRO es una fuerza en extinción”. Aunque confirmó que se trabaja en un acuerdo con el PRO en la Provincia, aclaró que “no le gusta a Macri”.
La tensión reconfiguró el tablero político. Macri logró contener, por ahora, el salto de figuras de su espacio hacia el armado libertario, al menos hasta que se conozcan los resultados en CABA. Pero ese freno es endeble. En el conurbano, los libertarios creen que el pacto PRO-LLA no tiene razón de ser: “Hoy la potencia es La Libertad Avanza, no hay pacto que valga”.
El problema, más allá del escándalo digital, es aritmético: hay demasiados candidatos y pocos lugares. Desde ex pejotistas hasta intendentes PRO como Valenzuela y Montenegro, todos pujan por entrar en las listas. En ese clima, el episodio del video falso no solo fracturó el diálogo entre Macri y Milei, sino que encendió las alertas en el armado provincial para las elecciones del 7 de septiembre.
Con desconfianzas cruzadas y sin un liderazgo único que ordene, la sociedad entre libertarios y macristas en la Provincia tambalea. A esta crisis se suma la figura de José Luis Espert, anunciado por Milei como cabeza de lista en octubre, cuya retórica agresiva no alcanza para disipar las dudas internas sobre su rol real en el armado.